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domingo, 30 de julio de 2017

Wonder woman

"La mujer maravilla" (2017) - Patty Jenkins (EEUU)



Estamos frente a una heroína, y no, la heroína no es La mujer maravilla, la heroína es Patty Jenkins, responsable de “Monster”, responsable del Oscar que premió a Charlize Theron.



Gal Gadot no se llevará estatuilla ninguna pero le deberá gratitud eterna por convertirla en icono de una franquicia. Otra gran parte del mérito pertenece a Zack Snyder, corresponsable de esta maravilla del entertainment; que, además, sea padre de 8 hijos, mucho dice de bueno en mi forma de valorar vida, su vida, su tiempo, su gratitud, su generosidad.



Miré qué puntuación daban los críticos, sin leer, vi que era alta y decidí que era un riesgo asumible ir a ver "Wonder woman" la familia al completo. Dicho y hecho, acierto total, salimos todos contentos, la edad no supuso problema. Volvimos a acertar, a lo “Bebé jefazo”, a lo “Jurassic world”, a lo que cine debe ser, a lo que ha sido.

La banda sonora me recordó otras películas, el cerebro me advierte que no es nada nuevo, me gusta, épica y sinfónica, entra de lleno en mis preferencias, a ratos estaba cerca del “Shenzou” de Steven Price en “Gravity”, de otras similares. Ésta, la banda sonora de “Wonder woman” la tengo y he escuchado entera unas 4 veces, la añado al baúl de los Vangelis, Morricone, Price, Jablonsky, Zimmer y tantos más, Rupert Gregson-Williams tiene su lugar. Para él no será relevante pero para mis oídos es determinante.

Los creadores siempre sorprenden, “Wonder woman” tiene unas breves notas musicales características, la dotan de personalidad, notas de las que uno desconoce de dónde han salido, no forman parte de nada, ni de su imaginario, ni de la escenificación, ni del personaje, son notas que van más allá, notas que invocan, notas que advierten entrada en escena, notas que perduran en el recuerdo, pertenencia de alguien, de ella, de “La mujer maravilla”, de hecho ya fueron creadas para su aparición en “Superman vs Batman: el amanecer de la justicia”


"Hans Zimmer  pretendía una pieza musical con fuerza, que conservara un aura femenina, algo que sonara como el alarido de una banshee. Tras no encontrar una solución, el músico pidió ayuda a su amiga Tina Guo, reconocida intérprete de chelo eléctrico. A decir del propio Zimmer, el gran vigor de Guo en sus interpretaciones la hacía lucir como una “guerrera” y serviría de inspiración para el tema. De esta colaboración surgiría el tema de “Wonder Woman” **

Llegamos a la película.

A estas alturas no pongo en duda la virtuosidad de Zack Snyder, lo disfruté en 300, me sorprendió e impresionó, las viñetas de Frank Miller se desgranaban una por una, cómic antológico, guion talentoso, impactantes imágenes que Snyder capturó poéticamente, con respeto, con veneración, con admiración.

¿Acaso Wonder woman es lo mismo? Para nada, para nada; hemos cambiado de tercio pero él, Snyder, sigue a lo suyo, hacer las cosas como pocos consiguen, dedicarse en alma a una afición. Solo haces lo que consigues por afición, por pasión, por obsesión, unes afición con capacitación y nace genialidad.

Siento gratitud por lo mucho que dan muchos, sin pedir, es cuando renace en mí la necesidad de querer ser propietario del tiempo, hacer con él lo que más deseo.

¿Wonder woman es para tanto?, sí, si pensamos en qué debe ser entretenimiento, propósito de cine; sí, si tenemos en consideración al mejor público, el impoluto, que mañana niños de hoy puedan decir: “vi una de romanos”. Eso, eso y, más, reconozco y valoro de Mr. Snyder. Gracias.

Turno para la directora. Crea “Monster”, Theron se lleva su Oscar y, como si nada, desaparece de la gran pantalla, atrapada quedó para demostrar talento serie va, serie viene.

La televisión también ofrece buenas cosas, pero como el share es implacable, lo bueno termina casi siempre -de no ser por haber visto “Breaking bad”, “The wire” y “Deadwood” hubiese escrito siempre, sin el casi-, lo que decía, termina , casi siempre entre mediocre y peor, nos roban el placer de la memoria para sucumbir a la fatalidad del "todo es lo mismo" y, no, no es lo mismo, demasiados ralentizan virtud para difundir mediocridad, esclavizar vigilia, dictar camino, condicionar destino.

Patty supera cualquier barrera para  volver a darnos una gran película, una película que hace lo que debe, consigue lo que pretende, se equipara a los Indiana, Lara Croft, John Carter, Jurassic World, Ant man, Guardianes de la Galaxia, cine de entretenimiento, cine al que todos los niños deberían tener acceso, que todos deberían conocer para disfrutar, para despertar neuronas, para jugar, para soñar, para creer, para crecer, ansiar talento, activar creatividad, llenar memoria con un bagaje gratificante y, como somos máquinas perfectas, ya nos encargaremos de recordar lo que mejor nos venga, lo que más nos convenga. 


Todo eso lo ofrece “Wonder woman”, así que, seamos austeros ahora, gracias, gracias, gracias, me lo ha hecho pasar genial Ms. Patty, he llevado todos mis hijos y me he sentido afortunado, ellos igual que yo; la más pequeña, cinco años y medio, más, cruza brazos para repetir sin cesar:

¡tchasssss!, ¡soy la Mujer maravilla! 



pregunto: ¿y en inglés?

-ávida de más saber, lo guarda en un rinconcito de su inmensidad neuronal para repetir de nuevo:

¡tchasss!, ¡soy Wonder …. ¿?! 

susurro “woman”

¡eso!, ¡eso!, ¡WOMAN!
pero no eras ... Diana ... PRINCE grita como una posesa

No sé si mi hija así se sintió, pero gracias a usted, Mrs. Jenkins, yo sí , me hizo sentir feliz.



¿Es Gal Gadot “Wonder woman”?, pues sí, si que lo es, se lo debe a muchos, a ella misma también, pero con complementos relevantes.


¿La ayuda Chris Pine?, sí

¿La ayuda Robin Wright?, sí

¿La ayuda Connie Nielsen?, sí

¿La ayuda Lucy Davis (1)?, sí


¿La ayuda Elena Anaya?, sí, también, también, Elena también la ayuda, me hace sentir genial, ¡qué bien que lo hace Elena!, ¡qué alegría!, tenemos grandes actrices, grandes actores, solo nos faltan grandes guiones y humildes directores para ser tan grandes como los franceses de hoy.



Los actores están bien todos, sin duda Gal Gadot es la más endeble pero... está tan bien arropada.


Tiene a Chris Pine, un actor que encasillé en Star Treck y que en el final de “Hell or high water”, en su diálogo con Jeff Bridges, me barrió. 😊

Tiene a su tía, Robin Wright, que está entre impresionante y… hasta el infinito y más allá

Tiene a Connie Nielsen, menos relevante pero determinante, rol de madre, traslada lo que no cuenta, le cuenta la historia de la espada que destruirá a Ares, nos lleva a la dicotomía entre deber y querer, no le toca poco en el sorteo.

Tiene Lucy Davis. ¡Qué grande!, ¡qué sorpresa!, no me canso de escuchar cómo declama, como se expresa, como entona cada situación, cada escena, qué gran actriz. Siempre comparo, aunque esté mal hacerlo, aunque esté equivocado, aunque no deba y, si me pidiesen que la comparase con alguna otra actriz, actual, el nombre que diría es el de Kristen Wiig, otra que admiro y lleva más fracasos de los que su talento debería admitir.

Gran película. Que nadie dude en ponérsela a un niño, el niño quedará atrapado y tú, si eres como debes, también. 

Si no te atrapa debes preguntarte ¿por qué?, la respuesta nunca será, ni debe ser, “no lo sé”, debes ser más valiente, debes reconocerte y preguntarte si quieres seguir el camino que andas o crees que necesitas añadir otros que despreciaste tiempo atrás.

La amazona tiene las axilas depiladas, igual algo más que no llegué a discernir también, ¿es importante?, ¿de verdad es relevante?, ¿en un mundo en el que el hombre dejó de tener por espejo al oso es realmente relevante?, ¿es sexista?, ¡no!, ¡qué coño!, genial no tenga ni un solo pelo en la axila, ni ella ni el resto amazonas, igual de bien si lo llevasen, ni por lo uno, ni por lo otro iba a cambiar mi forma de ver, de entender, de respetar, de querer la mujer, del mismo modo que hago con el hombre o, ¿es que resulta que somos diferentes?

Siempre creí, creo, que somos iguales en capacitación, otro tema es que en un género sean más frecuentes unos perfiles psicológicos que otros.

(1) Ni sabía quién era Lucy Davis, está impresionante, se convierte en imprescindible sin contar con apenas segundos de actuación, lo borda, lo recuerdo y debo denunciarlo, una gran actriz, una enorme actuación, Gal Gadot le debe mucho, sí, mucho. Una película es como un partido de fútbol, uno solo no es nada, necesitas de los demás y, ella, Lucy, es el portero que lo detuvo todo, fueron 3 certeros disparos que tuvieron 3 mejores respuestas. Muy muy grande.



viernes, 28 de julio de 2017

Dunkirk

"Dunkerque" 2017 - Christopher Nolan (EEUU)


Hace pocos días escribí una sensación, la que tuve cuando la vi por primera vez, doblada al español, en una sala comercial, una sensación que sinteticé con un indefinido “not yet” para dar a entender que no tenía claro en qué nivel la catalogaría. Sabía que público y crítica la calificaban por obra maestra, a mí no me parecía tan claro, debía volver a verla.


Cristóbal me ayudó, mucho, me comentó una sala que realiza proyecciones con una calidad sonora y visual que son reflejo de la pretensión del director.

¿Se debe ver “Dunkirk” en v.o.? A estas alturas me doy perfecta cuenta que, ver cine doblado es un sacrilegio, nada de esnobismo, un sacrilegio, de esos que penitencia no absuelve, ni absolverá, no exagero. Como es una obra de escasos diálogos, sería prescindible, pero, por eso mismo, es aún, más ineludible. Todos los que temen la v.o., que piensan que es un soberano coñazo y, que creen disfrutar el cine, se den el placer de obtener todo lo que se sirve en la mesa, así que, quién pueda, la vea en v.o.




¿Se puede ver “Dunkirk” en cualquier sala?, ¿en el sofá de casa? Un rotundo NO. Si la quieres disfrutar, deberás verla en una sala con un sistema de sonido impecable. La inmersión sonora de Nolan es superior a la visual, Nolan nos adentra en la inmersión virtual, sin 3D, se apodera de nuestros sentidos, nos agota y nos dejará exhaustos después de no menos de 20 minutos antológicos, sin interrupción, no recuerdo nada igual, ¡no comprendo como no pude darme cuenta la primera vez que la vi!, lo escribo y rindo obligadísima reverencia sintiendo que, mi espíritu, vuelve a estar poseído por unas ganas irrefrenables de volverlo a experimentar. Como la especial y específica sala de cine está a más de 140 kilómetros de donde vivo, mi espíritu aprenderá del que en su día supo abandonar el tabaco, deberé vencer la adicción, sin tristeza, sabiendo que siempre lo recordaré y que muy, muy, muy pronto, la volveré a ver, sin medios tecnológicos, de forma entregada e incondicional, paliando carencia con recuerdo, sin añoranza, con placer. Mientras escribo recuerdo como un crítico que tengo en estima, Jaume Figueras, opinó que, “Hasta el último hombre” de Gibson, tenía una última media hora de hemeroteca, y no estoy de acuerdo, para nada, Andrew Garfield no nos da lo que queremos, pero, ¿dónde ponemos lo que Nolan nos ha dado?, no hay sitio, lo hemos de inventar, él ha creado un molde que no existía, está en otro nivel.

Que bien se encuentra uno cuando, escribiendo lo que siente, todo sea entre bueno y mejor.

¿Ha escrito Nolan el guion perfecto? No. Si esta película no va a la altura, o más, que las siempre veneradas de Coppola, será por los defectos que tiene el guion. La película está en un nivel tan alto que su estado es gaseoso, vence la gravedad, se acomoda como el helio y, cualquier pequeño detalle que no sea excelso, cae, cae y sigue cayendo, también de eso hay en “Dunkirk”, también. Nolan diseña distintas tramas, playa, aire, mar, rescate; el rescate civil reside en manos de Mark Rylance, en manos de Cillian Murphy, en manos de un guion que no está a la altura del resto, nos aleja de lo excelso y … “Dunkirk” no es normal, “Dunkirk” es especial, muy especial, tanto, que serán legión los que nada van a obtener, un poco como lo que ya ha sucedido con “The revenant” de Iñárritu.

Al salir de la sala, estaba aturdido y fascinado por lo que experimenté. Fui solo, no hablé con nadie, no sentí necesidad de hablar, quizás lo contrario, la sentí de soledad, de estar conmigo mismo. Pasados 20 o 30 minutos llamé por teléfono a Cristóbal para dar gracias a tan buen consejo y, comentar que, sin duda ninguna, “Dunkirk” es una obra excepcional, ahora sí que podía decirlo.  Antes de hablar con él, ensimismado en mis pensamientos, me pregunté, ¿pensarías lo mismo si no supieras que su director es Christopher Nolan?, me respondí, al instante, con un sí radical, aún fui mentalmente más allá, imaginé que, si no fuese de Nolan, pensaría tenemos otro director brutal entre nosotros, alguien capaz de llevar la experiencia del cine a una dimensión inverosímil.


Playa, aire, mar, marea, jerarquía, naturaleza humana, instinto. Todo está donde debe. Puedes pensar luchan por sobrevivir, pienso que no, que no lucharía por sobrevivir, lucharía porque nadie me quitase el derecho a vivir, que nadie me mutile el bien más preciado, la libertad, mi libertad. Nolan da gotitas de vergüenza, gotitas que nos ayudan a reconocernos, que nos demos cuenta que las historias no hablan de buenos o malos, que las historias hablan de nosotros, con lo bueno y con lo malo, que no hay colores, que el color es siempre el mismo, para un todo. Excelente Sr. Nolan, excelente, de nuevo le vuelvo a sentir una preocupación humanística excepcional, la que me dio y me llevé con McConaughey en “Interstellar”, al principio, compartiendo mesa de desayuno familiar, yendo a la escuela a hablar con los profesores, educando, permitiendo, ejercitando introspección, creciendo.

Imagen

Aire. Todo lo que sucede en el aire es increíble. Nolan supera cualquier hiperlativo -ya sé que es superlativo, Nolan merece nuevos vocablos de nuestra RAE-, como contaba, Nolan cambia, de plano a plano astral, magnifica su obra con un silencio que aún retumba en mis pupilas, con un sentimiento extremo, con un Tom Hardy que está, sí, está, majestuoso, increíble, brutal y bestial, un actorazo, con un rol que, si ayer dije blanco, hoy digo negro, dando todo lo que él es capaz de dar, solo veremos sus ojos, sus gestos faciales y un clímax final apoteósico, bello, para el recuerdo, de esos que nadie entenderá si no ha sabido ver la obra, si no la ha visto, pero que todos los demás, inmediatamente quedaremos hipnotizados, son escenas para los anales cinematográficos, escenas de autor, otro 10 para Nolan, merecido, más, merecidísimo.

Mar. Todo lo que sucede en el mar es previsible, angustioso, opresivo, claustrofóbico, instintivo y dramático. Lo que sucede entre un avión y el mar es el pistoletazo de salida a los 20 minutos más intensos y antológicos de inmersión cinematográfica que consigo recordar; yo estaba en el avión, yo estaba en el mar, yo estaba con ellos, yo sentía con ellos, yo sufría con ellos, yo luché con ellos. De nuevo otro merecido 10 para Nolan. Un Nolan menos poético que en el aire, más gráfico, más directo. Planos de un hundimiento con una creatividad y técnica fuera de lo común, excepcional.

Playa. La playa es el reducto, la playa es cadena de mando, la playa es la disciplina impuesta por antídoto al temor, al miedo, a los instintos primarios. La playa es tensa espera, es cárcel y salvación, es la puerta que debemos abrir para conocer nuestro destino, la playa es la pastilla roja y la azul, la playa representa la elección entre abrazar la dolorosa verdad de la realidad (Aristóteles) y la dichosa ignorancia de la ilusión, pero nadie tiene la opción de Neo, nadie puede elegir, serán ellos los elegidos. A estas alturas me da igual si he visto la playa en 40 o 50 tomas, sé que la he visto porque debí verla, porque debí saber de la tensa espera, debí saber de la esperanza, debí saber del compromiso, debí saber que no estamos solos, debí saber que somos increíbles, que somos capaces de lo mejor, que somos solidarios, que somos comprometidos, que somos entregados, que somos generosos y que así somos, sin notoriedad, sin requerirla. También trata la notoriedad, brillante de nuevo.

Espigón. El puente de mando. El espíritu. El Elíseo que debe elegir entre una camilla o 7 soldados, ¡qué difícil elección!, dilemas morales tratados sin palabras, sin imágenes, sin conductismo, planteando situaciones, cediéndonos las respuestas, dando una pauta y dejando abierta su continuación. Al frente está Kenneth Branagh. Nada a comentar, escenas complemento de la obra, sin más. Un 7

Rescate. La parte más endeble de toda la obra. Diálogos, actuaciones, acontecimientos, decisiones, todo, en su conjunto, no ofrece lo que el resto, experimento discontinuidad, experimento descenso. Un 5

Como no quiero hacer ningún spoiler diré que Fionn Whitehead está enorme, da todo lo que el director pretende que nos dé, desde su llegada a la playa hasta su largo camino hasta alcanzar su destino le seguiremos, lo viviremos, son él y Hardy, piloto de la RAF, los que nos transmiten el sentir, los que ayudan a sonido y música con el perfecto y necesario complemento que da CINE por resultado.

Sonido

Indescriptible. Sin él la inmersión no es posible. Debe verse en una sala perfectamente preparada para poder disfrutar lo que han creado. Va a ser ganador obligado del próximo oscar a los mejores efectos sonoros, da igual lo que hagan en el montón de meses que quedan, nada va a estar a ese nivel, no es posible.

Música

Hans Zimmer. Que enorme es, que inteligente, no nos va dar ninguna nota que nos aleje de la acción, echará mano de violines que habrá contrastado con su buena amiga Tina Guo, no son los mismos que en Wonder woman, pero si prestamos atención si observaremos similitudes en sus enérgicas y rapidísimas notas. Solo al final, cuando todo ha concluido, cuando se baja el telón, después de ese silencio que hace retumbar pupilas, entonces y solo entonces, Zimmer nos da el tema para el recuerdo, al nivel que merece la obra.


Película exigente. No hay palomitas. Hay poesía. Hay narrativa. Hay potencia, imagen y sonido. Hay GRAN cine.

Mi nota, un 8.0. Me costó llegar a él, pero el problema era mío, solo mío y ... ¡qué contento me siento!





sábado, 24 de septiembre de 2016

"Warcraft, origin"

"Warcraft, el origen" 2016 - Duncan Jones (EEUU)

Bueno, una película que nos obliga a distintas y variadas referencias. Por una parte, Blizzard, por otra Duncan Jones y, además, fantasía y épica a raudales.


Cualquiera que sea de los que antes de ver una película, leer un libro, escuchar música se informen con opiniones de críticos, lo van a tener mal, francamente mal.

Primera regla. Si no eres de los que gustan de películas emblemáticas de la fantasía como “Legend”, “Dentro del laberinto”, “Willow”, “Sky captain and the world of tomorrow”, “Sleepy hollow”, “Maléfica”, “John Carter”, “Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet”, “La historia interminable”, lo que decía, si éstas que cito no están en tus gustos, “Warcraft” tampoco lo va a estar, no insistas, tu mente no está preparada y lo único que propagarás no será opinión si no un poco más de tu incapacidad para disfrutar fantasía y épica.

Segunda regla. Si eres un videogamer de “Warcraft” y hay un guionista frustrado dentro de ti, puede que tampoco debas verla, no va a ser lo que imaginas, es lo que Duncan Jones y Charles Leavitt han escrito para formato cine de dos horas de duración. Muchos videogamers son simultáneamente encendidos haters, sin más razón que la de no obtener lo que tienen en su mente. Es cine, no la historia de tu vida en el juego.

Tercera regla. Si eres padre y tienes interés en comprender los más jóvenes debes obligarte a verla, ver Dragon ball, Gambol, Doraemon, Yoka y woch, sus descargas del YouTube, su forma de vivir los días, un ejercicio que entrenará tu mente para un fin loable, pensar en los demás antes que en uno mismo. Los pocos que lo lean y se sientan ofendidos recuerden al Harrison de “A propósito de Henry” y se lo tomen por espejo hiperbólico. Si no eres padre, pero quieres comprender los más jóvenes antes de decir eso de, “no entiendo la juventud de ahora”, pues te vale por igual lo que acabas de leer, y si no, a lo tuyo, que opciones da la vida, cada uno las que elija en la barra del bar al que acudimos a beber.

Duncan Jones ha hecho una película excelente, ni anfetamínica, ni llena de esteroides ni nada de nada, a demasiada gente tenía esperando escondida en la oscuridad para atizarle por su osadía “prima” llamada “Moon”. Como digo, el director y co-guionista ha hecho su trabajo de notable alto, ha dado épica, explicado las distintas facciones de orcos, encumbra a Gul’dan, advierte desavenencias ante dictaduras y sistemas totalitaristas; por otro lado, los humanos que, junto otras razas, se disponen a defender la agresión. Vemos pues, un guion que parte de las premisas más comunes que uno pueda esperar, aunque la historia ya ha sido escrita antes por Blizzard, y si esto es así, ¿qué tiene entonces de majestuoso Star Wars que no pueda ser patrimonio por igual de Warcraft?, nada, sólo nuestra idiotez por decir a unos, blanco, y a otros, negro, fruto de filias y fobias. Y de trasfondo unas gotitas de amor imposible, de Romeo y Julieta, en un estilo George R. R. Martin, rectifico, en un estilo Shakespeare, que ya puestos fue precursor en lo que a intensos dramones uno pueda referirse.

Blizzard. Bueno, con la deidad hemos dado, hablar de Blizzard representa escribir un libro. Es una de las empresas que conforma mi constelación preferida (otras, por si alguien se lo pregunta son Ikea, Amazon, Google… -Apple, Sony, MediaMark… no están en mi constelación, no es error no las incluya-) Blizzard es una empresa admirable, gestiona con brillantez liderazgo en la industria del video juego, hace pocos años consiguió tocar el cielo dando con la piedra filosofal que todo alquimista buscaba con ahínco, llevó “Magic the gathering” al video juego, con un f2p (free to play) adictivo, que hoy tiene más de 40 millones de jugadores (o incluso más) que bautizó como HearthStone, un juego de cartas basado en el universo Warcraft. En fin, que da para mucho, ¿qué quiero decir?, pues que estamos frente a una corporación que hace muy bien las cosas, que parte de entornos de competencia perfecta y que si hoy tiene una importante cuota del mercado se lo han ganado por mérito propio, otro tema es que más adelante deba ser auditada éticamente para erradicar posibles efectos adversos, aunque los políticos nos los crean sin parar, con total voluntariedad y encima nos dicen que les votemos; pobre Alan Moore, fue incluso excesivamente naíf al imaginar a V, el de la vendetta. Blizzard tiene muy claro que el entertainment no entiende ni de crisis ni de decadencia.

Actores. Aquí nadie compite para los Oscar. Aparece Travis Fimmel, australiano que los últimos tiempos ha tenido repercusión mediática por ser protagonista en la serie “Vikingos”, serie que he visto y que no me gusta, un pasarrato sin imaginación, con carencia de presupuesto; abordan invasiones sin seriedad y con la osadía que da la ignorancia, por ejemplo, la que llevan a cabo sobre París. Lo recuerdo mientas escribo y no puedo dejar de pensar en la temeridad de  productores/directores; podrían haber contratado por asesor a Sir Ridley si necesitaban épica sin medios, les daría sabios consejos; un artista, Ridley, que rodó en penumbras “BladeRunner” por la falta de presupuesto y que no se notaran algunos de los “d”efectos especiales, que rodó una carga de caballería en “El reino de los cielos” con pocos medios, nada que ver con la hilarante grandilocuencia del Stone en Alexander cuando recrea la batalla de Gaugamela (fútbol americano incluido, alucinante lo que hizo el americano, no le debió quedar ni gota de bourbon) Aparece también Ben Foster, actor que tengo en estima, interpretando convincentemente Medivh, un mago, "El guardian”, y Paula Patton no está mal, como la dejan tal cual es, más un par de colmillitos muy “in”, que muchos se pondrán el día que los odontólogos lo publiciten, pues ¿qué decir?, que bien por Paula y su “Garona”.


¿La música? Es una creación de Ramin Djawadi y cualquiera que haya visto “Pacific Rim” lo recordará; sin ser reiterativa, no aporta gran cosa nueva y, en este estilo de composiciones, me gusta mucho más Steve Jablonsky, por citar un nombre y no recurrir a los Zimmer, ... Si tus gustos se inclinan por composiciones épicas deberías escuchar por ejemplo las que construyen Two steps from hell, quedarás saciado satisfactoriamente.




Puntuación. Si es para un niño/a de 9 a 14 años, un 7 sobrado, incluso un 7,5, al nivel de “Matilda”, “Jurassic World” …, para un adulto con mente imaginativa, pues casi lo mismo, un poco menos por ser riguroso con el séptimo arte, entre 6 y 7, para el resto, volver a leer las tres reglas del principio del post. XDDDDDD



martes, 19 de enero de 2016

The revenant

"El renacido" 2015 - Alejandro Iñárritu (EEUU)




De nuevo una película excelente, de nuevo del director mexicano, superadísima la depresión que le supuso la trilogía "Amores perros", "Babel", "21 gramos", exortizado del todo con la magnífica, compleja y dificil "Birdman", se ha dedicado a "The revenant" con una estética en la que se ha dado el gustazo de la poesía visual, a lo Malick, que no es lo que más me gusta pero que dentro de la historia queda francamente bien; exaspera, como exaspera lo que en ella acontece, a lo que asistiremos en primera fila.

Echa mano de flashbacks sin abusar, complemento de la historia, sin recurrir a minutos innecesarios, con todo bien planeado, dedicando el tiempo a lo que quieres dedicarlo, a caballo de lo que va aconteciendo y lo cierto es que no hace falta más, lo cuenta todo y más que bien.

La historia no supone nada nuevo, la forma de contarla si. Estamos tan acostumbrados a que casi todo lo que se exhibe sea pasteleo del más falso que cuando a alguien le da por aproximarnos a la realidad como que parece nos duele, como que parece que nos damos cuenta que esto es cine, del de verdad, del que va en serio, del que pertenece al realismo, y por un lado Iñárritu nos aprisiona en él, y por otro, oso, Hardy y Di Caprio nos sumergen en él.

Caben múltiples opiniones y aunque nada tienen a ver "Dersu Uzala" y "El renacido" me da que hay cierto mimetismo en la forma de presentar de Iñárritu y Kurosawa, de hecho el mexicano es profundo admirador del japonés. Pese a no haber visto otras películas con nominaciones, diría que Iñárritu vuelve a ganarse el oscar a Mejor dirección, con permiso de otra gran obra "Carol". También pienso se llevará el de mejor película. Por descontado el de mejor fotografía y posiblemente los de mejores efectos y mejor montaje, de hecho hay algún fragmento apoyado por los flashbacks que me parece exquisito -acontece en una Iglesia derruida-, de una elegancia y forma de presentar exquisita. Durante la proyección me ha dado la sensación de que se ha abusado de los planos denominados "nadir", contrarios a los cenitales, siendo los cenitales los que nos muestran la acción desde arriba, así los nadir nos estarán exibiendo verticalidad desde abajo hacia arriba, así nos muestran copas de los árboles, cielo, nubes,... Este tipo de planos abunda en la obra, son una forma de expresar el sentimiento del protagonista bajo distintas fases emocionales.

El guion. Bien hecho. Nada sencillo de plasmar en pantalla, con una trama sin discontinuidad, con un clima asfixiante, con unos personajes con vida propia, con unos diálogos que huyen de la grandilocuencia, que se edifican en la supervivencia y en los más bajos instintos que ayudan a sobrevivir, de esos que no te dejan abandones hasta que los has saciado. Me parece un buen guion, sin más, los actores y el director son los que lo llevan a la grandeza, cosa rara. No le daba el oscar a mejor guion, de hecho no está nominada en esta categoría pese a tener 12 nominaciones y coincido con los expertos, cosa rara.

Los actores. Aquí hay de todo y todo, de bueno a excelso. En bueno diremos que no hay nadie que desentone, nadie que haga algo que haga chirriar la obra. Los personajes secundarios, colonos franceses, ingleses, indios,... quien sea, todos perfectos. Si atendemos a los roles voy a abreviar para centrarme en el oso, Tom Hardy y Leonado Di Caprio.



El oso. Majestuoso. Actuación de 11 sobre 10, oscar para los artistas digitales. Me tragué entero y verdadero al oso hasta que en una entrevista que le hicieron a Iñárritu dijo: "claro que el oso es digital, no creo que a la compañía de seguros le hiciera mucha gracia que el Sr. Di Caprio la rodará con uno de verdad". He quedado impresionado. Alguna escena más con algún animal de por medio me ha sorprendido incluso más, no creo olvide jamás ninguna de ambas.

Tom Hardy. Más majestuoso que el oso. Suelo escribir que las películas deben ser vistas en versión original si se quieren disfrutar las actuaciones. Pues bien, aquí es imprescindible. Si quieres saber lo bien que lo hace Tom Hardy debes verla sin doblar. Es bestial como declama, como traslada esa falta de educación en la forma de hablar, arrastrando palabras, una con otra, sin espacios en las declamaciones, con un acento próximo al hablar mascando tabaco. Si además, sumas miradas, gesticulaciones, y sentimientos como ambición, miedo, avaricia,... pues tienes algo vivo frente a ti, estamos en una ventana mirándole, una actuación formidable, aunque en los globos de oro no ha estado nominado, otra de esas de mear y no echar gota, más o menos lo mismo que le han hecho a D. Benicio del Toro después de la composición que ha creado para "Sicario". Es una verguenza nominen a "Creed", "Mad Max Fury road", y ninguneen a Denis Villeneuve y su más que correcta "Sicario", por debajo de otras obras suyas pero muy, muy por encima de "Creed" por ejemplo. Ya lo de nominar a D. Sylvester Stallone lo vamos a obviar que estamos comentando "The revenant" y así nos quedamos todos más felices.

Leonardo Di Caprio. Más majestuoso que Hardy. No tengo adjetivos para él, un actor que siempre me ha gustado. Si la academia no le premia por este rol, que no es ni el más dificil ni el mejor de su carrera (recordar por ejemplo "Diamantes de sangre", "Infiltrados", "Quien ama Gilbert Grape", "Diario de un rebelde", "Red de mentiras"), ya puede pasar de este premio, no se lo darán; y, si algún día se lo concediesen, más le valdría hacer como algún otro, pasar de asistir a la ceremonia. Está inmenso. Su rol tiene de todo, declamaciones, gesticulación, dramatismo, superación, derrota, sufrimiento, tenacidad, amistad, esperanza, lucha, tristeza, locura, enfermedad, vamos, de todo menos amabilidad que despierte sonrisa, de eso aquí no hay, todas las sonrisas nos las dejó en "El lobo de Wall street". Candidato y posiblemente ganador del Oscar a mejor actor y yo que me alegrare mucho por él y por el reconocimiento a su indudable talento.

Banda sonora. Me quedan por escuchar, pero entre la de Morricone por "Los odiosos 8", la buena y mejor de Carter Burwell por "Carol" y la de Ryuichi Sakamoto y Alva Noto por "El renacido" me tiro de cabeza por la tercera con permiso de "Carol". Si le dan el Oscar a Ennio Morricone lo será por tantas y tantas veces que se lo negaron inmerecidamente y que viendo tamaña injusticia van y un día se lo otorgan a una trayectoria, mejor evito extenderme en lo que pienso.

En fin, cine, largo, duro, de dificil digestión, poco amable y del que no quiero desvelar nada pero que todo el mundo tenga claro no es película de masas. A muchos se les va atragantar. Por nota: 7.5 en general. Si descuento guion, un 8.2.

Cine de verdad, sin paliativos.

viernes, 21 de agosto de 2015

Inside out

“Del revés” 2015 – Pete Docter y Ronaldo Del Carmen (EEUU)


Me hago mayor, irremediablemente, no sólo serán los años, también será el hastío de la reiteración. Leí una crítica de Boyero, un crítico que escribe hace bastantes años para “El País”, le tengo en estima y coincido en opinión multiplicidad de ocasiones, pero no en ésta, en su antípoda me edifico iglú.

De hecho no es patrimonio Boyero, es patrimonio global, la totalidad de la crítica la ensalza, la platea aplaudió en su final y la película recibe una puntuación enorme, más de un 8 y yo con dificultad la llevo hasta el 5, con dificultad, sí, ni exagero ni me excedo. El 8 es una nota excelsa, por encima de ella se encuentran obras maestras del cine como “El padrino 2”, “El buscavidas”, “El gran carnaval”, “Sed de mal”,… pero pocas después de los recurridos tres puntitos, no mucho más de tres o cuatrocientas.



Desde que Lasseter y su dictadura amparada por “Toy Story” se hizo con las riendas de Pixar y del Disney animado que pierdo más que gano interés en sus producciones. He disfrutado, y disfruto, con muchas películas de la factoría. Por ejemplo, dentro de las recientes, la inmensa “Los increíbles”, la impresionante “Wall·e”, la original “Up”, la nada inferior “Ratatouille”, y ¡por qué no!, también “Toy Story”, que con la 1 tengo suficiente, buena película con una gran letra por canción, esa de “… hay un amigo en mí…”, pero de por medio nos toca “Frozen”, empalagosa extrema, un remember light de “Cenicienta” en cuanto a canciones, en cuanto a obra, en cuanto a originalidad, que le dan Oscar de animación (nada nuevo, lo convencional y patrio), el de la canción (otra de leche merengada) y yo que flipo sin aditivos, no hablemos del muñeco michelín Big Hero Six, mejor me lo ahorro. Sin dudar fue mejor, y por goleada, “Grú, mi villano favorito (2)”, canción incluida. Echo de menos los “Pinocho”, “Bella y bestia”, “Jorobado”, “Mulan”, “Rey león”, “Rompe Ralph”… no migremos a los clásicos “Blancanieves”, “Dumbo”, “El libro de la selva”, “Bambi”, “Fantasía”, “Alicia en el país de las maravillas” o el Pixar de “Monstruos, S.A.”, hay más, de buenas, menos buenas y malas.


Y así nos llega “Del revés”. Una idea pretenciosa, conductista en pantalla, que debe reinventarse a sí misma para ganar metraje, para causar un aburrido viaje, forzado, en similitud al hartazgo que nos regaló el plasta sacapastas del Jackson con su Frodo en busca de su monte del destino, que con menos minutos hasta yo hubiera divisado, aunque quizás no hubiera echado el anillo a su abismo, que igual me lo agencio y le apaño antes vida a unos cuantos. No soporto el mensaje subliminal de lo bueno y lo malo, ese conducir sentir al rebaño, ese sermón eclesiástico nacido en la razón, en la voluntariedad, sin alma ni corazón, que pretende, que nada deja al albedrío de cada uno. Ninguna relación tiene por ejemplo con la originalidad del guion de Rompe Ralph, una de las mejores obras de Disney, de esas que de todo ofrece porque de nada adolece.

El guion, previsible al extremo, le salvo un final en el que tristeza cobra notoriedad, de nuevo forzado porque para nada es tristeza, es valoración, es recuerdo, es conciencia, es sentir, es remordimiento, es temor, incertidumbre, gratitud, pero bueno dejemos que siga el engaño, que de eso va la obra. Por si fuera poco, el imaginario mundo bien poco tiene de imaginario, debes llenar minutos, para qué centrarte en lo real si con poco tienes suficiente, para qué ir de cabeza a cabeza y de nuevo me exijo, mejor revisitamos a Lewis Carrol y su Alicia y todas esas neuronas se ahorran, las mismas que al menos le dejan ahorrar también a cada uno de los espectadores. Nos tienen por seres planos, nos insultan y nosotros contentos les damos un 8, pues yo no, soy tan imbécil como el resto, pero no se lo doy, le doy un 5, y porque valoro el trabajo y objetivo debo obligarme ser, más, cuando algo no me complace. De no recapacitar, de no contar hasta 10, en griego, en el 3 la acomodo, sin remordimiento.

A los niños llevé, nunca les influyo, les cedo, observo sus gestos, muecas, opiniones, y en este caso esperé a ver qué decían, nada que ver con “Jurassic world”; una más, vista y tranquilos, que pasada una semana verán otra que sí es de verdad, “Alicia en el País de las maravillas”, portento imaginativo, bien dibujado, bien trasladado, bien contado y no este remake disfrazado y me reitero, lo sé, más bien insisto, conductista extremo, vomitivo.

No me hagan caso, mejor será ya que todo el mundo piensa "Del revés", será tengo otro mal día, sin que me sienta mal, más bien lo contrario, pero sí me siento engañado de nuevo por Lasseter y su dictadura. Cada día siento menos interés por el Disney animado, centrado en mensajes edulcorados, narcóticos, acomodados en lo “socialmente aceptable”. A ver cuando le da a alguien por llevar a la pantalla “Rank Xerox”, “Peter Punk”, un Corben más amplio que el de “Heavy Metal” y tantísimos otros con obras mucho más profundas, menos placenteras, pero incentivadoras, que hacen gastar neuronas, que nada debemos hacer por ahorrarlas, que ahí los lunes al Sol son más que bienvenidos y quien antes lo percibe antes gana, en lo que cuenta de verdad, en ser, en sentir, en preguntarse y examinarse, en observar qué te rodea y cuestionarte presente, durmiendo tranquilo sabiendo tienes tarea mañana, la que "debes" hacer, no sólo la que te "mandan" hacer, haceres distintos.

¿Queréis ver animación de verdad?, ¿global, pura, paleta por estrenar, que los colores ya se los pondréis vosotros, fresca y nada conductista?, ved “La oveja Shaun, la película”, eso sí es cine, del bueno, del de verdad, en stop motion, excelso, potente y complicado, muy complicado de crear, pensar y trasladar, construida para educar, de forma limpia y abierta.

Y para terminar, algo para meditar. Según Lasseter, porque nada se hace sin que él esté de acuerdo firme quien firme la obra, según él decía, nuestras emociones habitan en “El centro de mando”, ¿se puede ser más jerárquico?, ¿es posible trasladar más de lo mismo que vivimos y no rendimos atención?, ¿no hubiera sido mejor definirlo como “Paraíso emocional”?, cuestión de apreciaciones, será que mejor no pensemos en lo excelso, que igual anhelaremos otras cosas si a pensar nos ponemos.


Pd. En mi caso, antes, a modo aperitivo, exhibieron un corto de la factoría que tiene por actor y actriz a volcanes, preludio de lo que iba a suceder más tarde con “Del revés”. A quienes les gustó, que a mí tampoco -ya digo que debía tener el pie cambiado- les propongo se pillen otro corto, de Lasseter también, para que leáis no es manía, por título “Paperman”, dejo su link, siendo de sencillo mensaje, está bien trasladado y por error concede personalidad al administrativo, se le debió pasar al departamento de censura y yo que me alegré.




domingo, 12 de julio de 2015

"Nightcrawler"

“Nightcrawler” (2014) Dan Gilroy – EEUU


Desde hace años ya no se suelen traducir los títulos de las películas y aquí tenemos uno de esos, que a todos los que no sabemos inglés entendemos “night”, y nos preguntamos por el “crawler”, ¿qué será eso? En una traducción más o menos literal podría pasar como un “arrastrarse por la noche”, aunque entonces, y de estar en lo cierto, más me hubiera gustado por título “Lifecrawler”. Para los asiduos de los cómics, ya saben que "Nightcrawler" es ese personaje mutante que recibió en traducción por nombre "El rondador nocturno". Jake Gyllenhaal no es un mutante, no vale la traducción, llevaría a engaño.


Tenía mucho interés en ver esta película, de hecho leí y leí mucho antes de su estreno, que si el Jake Gyllenhaal había adelgazado un montón de peso (a lo McConaughey para el “Dallas buyer’s club”), que si la Rene Russo estaba en neón por ser la mujer del director,… Conocía su temática pero nunca imaginé me darían tanto.




A este director no le conozco ni encuentro por Google otra obra distinta, y de ser cierto estamos en su ópera prima. De salida, muy difícil se ha puesto el listón, debería haber hablado antes con esos saltadores de pértiga, Sergei Bubka y Yelena Isinbáyeva, para que le aleccionaran como dosificar el talento en beneficio de uno mismo. Me alegro mucho no lo haya hecho, me alegro sea un tipo muy capaz y honrado que entrega todo cuanto atesora, sin guardarse nada, enfrentando futuro con la gratificante incertidumbre que nos depara el destino y ese intentar moldearlo como barro el escultor, lo que nos engrandece, lo que nos hace sentirnos bien, mirarnos al espejo y gustarnos, dormir plácidamente esperando duras jornadas de trabajo, esas que no cuentan porque lo que de verdad cuenta ya se encuentra en ti, porque ya has pensado y decidido, ahora queda lo más sencillo, hacerlo. Así, como en muchas otras ocasiones, darle las gracias y mi más sincera gratitud a Dan Gilroy por esta tremenda obra, sin duda entre las más grandes en lo que va de siglo, de esas cuya nota es superior al 7, con holgura.




Es una película USA sin banderas, sin eso que tanto y tanto cansa, o al menos a mí me hastía. Filma L.A. (Los Ángeles –EEUU-) y sólo ves escenarios de lo que acontece, no adivinas Hollywood, no adivinas ni Halloween, ni el pavo de acción de gracias, ni Rodeo drive, no lo adivinas porque sabe trasladar a la pantalla los sucesos en independencia de dónde acontezcan, sabe universalizarlo. Muy grande. Muy comprometido con hacer cine, muy talentoso. De nuevo gracias, y ya van dos. Los que me leen de vez en cuando saben que, igual que las doy, las niego, cuestión de lo que cada obra ofrece a mis sentidos y percepción de las cosas.

Como he dicho, seguí con interés el rodaje previo de esta película, me interesaba su temática y mucho su actor principal. Jamás soñé me daría tanto; leí y leí que nos iban a narrar hechos que forman parte de los media, de los reality, las audiencias y el morbo. ¿Y es cierto? Pues para mí que me agencio la frase esa de Faemino y Cansado: “¡Qué va, qué va, qué va, que yo también leo a Kierkegaard!”

Quien lea críticas que le digan que la obra nos relata la decadencia de los media en busca de morbo, en busca de audiencia quedarán con su materia gris mutilada por la incapacidad de otros en ver más allá de una imagen, la obra pasa por ser mucho más plena, una obra fruto de un guionista deprimido, de uno que no sabe redactar tres líneas sin dejar al ser humano tres metros bajo deshechos, de un guionista que no sabe escapar de la realidad, de alguien a quien sus padres le enseñaron a ver la vida de forma aséptica, a narrarla con toda la capacidad que es capaz de plasmar. Es un circo, el nuestro, el de nuestros tiempos y el del pasado, el de la naturaleza humana, el de la falta de ética, de valores, de carencia de gregarias conductas que nos conduzcan a un mejor destino en términos de globalidad, será que la globalización no va de eso, irá de otras cosas que preguntarme no quiero, irá de eso que dicen: “tener músculo”, “Basilea II”, “Solvencia II”, “Requisitos de capital”, seguro irá de eso, lelo que soy que lejos de entenderlo digo estar en contra. Uno y sus incapacidades.

En la película no se salva ni el apuntador, la mala leche de un guionista que decidió no hacer mención a “raras avis”, esos Gandhi, Teresa de Calcuta, Sampedro, el Fredo de “Cinema Paraíso”, el Mújica de Uruguay, no toca, hoy no hay paño caliente, es un baño de realidad, como Dios manda. El guionista se guarda el santoral para otras obras que traten de ficción, que hoy no toca, no toca. Me encanta su tremenda mala leche, me complace, me llena, me traslada honestidad, no es una crítica de la sociedad, es una foto fija y no porque sea una foto sino porque por metros de película que filmes el escenario permanece inmutable, y es esa inmutabilidad y no otra, la que nos da la paradoja de pensar en una foto cuando es nuestra vida y nuestros días, a tiempo real y sin descanso, frame tras frame (frame es un fotograma, una foto, de hecho una película es una sucesión de fotos de forma tan veloz que nuestro ojo no es capaz de discernir) ¿Que hay quién además lo quiere en 3D?, pues que salga a la calle y mire a su lado, ahí lo tiene, y si fuera telépata tendría la confirmación de la hipótesis que planteo, esa en la que su contraste dará lugar a certidumbre. Será que en reposo mi mala leche es parecida a la del guionista, quizás por eso tanto me gusta y elevo al altar por narcisismo, y si así es, me da absolutamente igual, me baño en esas aguas sin problema. Menos mal no somos, al menos yo no, telépatas, prefiero imaginar a tanto saber, duermo más tranquilo, un poco más idiota y otro poco más feliz e ingenuo, cuestión de egoísmos, los míos. 

Actores. “And the Oscar goes to……” JAKE GYLLENHAAL. Ni nominado estaba el hombre. Esto nos debe complacer, nos debe hacer reflexionar en que no requerimos que nadie nos diga que lo hemos hecho muy bien para saber que muy bien lo hemos hecho, para ser racionalmente soberbios ante la necedad, para conocernos y reconocernos capaces, para no desfallecer y saber que la virtud no reside en el ego, no reside en la notoriedad, no reside en la adulación, sabiendo reside en la honestidad, el trabajo, la dedicación y el bien y buen hacer. Todo esto y más lo tiene Gyllenhaal, no hace falta nadie se lo diga, para nada. También lo tienen el Bruce Keaton de "Birdman" y el Bradley Cooper de "American sniper", que sí estaban nominados y se fueron a casa igual que Gyllenhaal; me pregunto que hacía nominado en cambio Benedict Cumberbacht por su estrafalario personaje en "The imitation game", cuestiones de los que sí saben. Son tantos y tantos los registros a los que dota su rol que sólo puedes quedarte aturdido de ese banquete copioso, de esa mesa repleta de comida que da miedo sólo mirar. Gyllenhaal está asombroso, no tengo palabras que lo describan con merecimiento, se tiene que ver y aunque a muchos les dé pereza, que lo sé y sé que me hago cansino, si de verdad quieres ver cómo lo hace, mírala en versión original, primero mírala doblada si lo prefieres, pero luego regálate sus declamaciones, te las mereces. Por descontado que todo el mundo debe ver esta película, esta no es de esas de: “a quienes les guste tal, o cual”, esta es de las de visión obligada, aunque el cine no te guste la debes ver, aunque sólo sea para despertarte reflexión, capacidad de pensar, de entender nuestros días y nuestro transitar social, ese no conformarte con la alienación a la que muchos se someten sin darse cuenta de la esclavitud a la que están dispuestos a abrazar, la que abrazan y de la que se sirven otros más perversos. Rene Russo, partenaire brutal; nada de “mujer del director”, todo de “muy bien”, da además el perfil de edad genial, los registros de actuación complejos de quien se siente aprisionado, de quien no se pregunta por el qué sino sólo por sus por qué, brillante en todas las escenas en las que aparece. Bill Paxton también lo hace bien, en un personaje más sencillo o menos exigente y sorpresa nos da Riz Ahmed.

Nadie deje su pensar sólo en lo que acontece, es bueno dar rienda suelta a la mente y trasladar escenario para universalidad, la obra no lo permite, obliga a ello.

En resumen: ¡VÉANLA!, ¡VÉANLA!, ¡VÉANLA! y ¡DIFUNDAN OPINIÓN!, la que cada uno perciba, la honesta, la de verdad, sin rubor, ¿Qué más da lo que piense otro?, ¿Qué más da lo que escribo?

Mi nota: Un 8.2


martes, 7 de julio de 2015

Kingsman. The secret service.

Kingsman. Servicio secreto (2014) Matthew Vaughn – Reino Unido



Cine en mayúsculas. Gran cine. Gran entretenimiento. Una recuperación de lo perdido de forma revitalizada, dopada, plena, excesiva y confortable.

Por fin cine que habla de lo de siempre con actuales formas, dando más de lo que cualquiera podría esperar, nada de austeridad, mucho de solidaridad, Matthew Vaughn no se guarda nada bajo la manga, lo da todo. Se lo agradezco de corazón.


El guion pertenece a un cómic de Mark Millar y Dave Gibbons. ¿Quiénes son? Ambos del Reino Unido, el primero escocés, el segundo inglés; el primero escritor, el segundo dibujante; ambos grandes, con obras de enjundia junto a otros grandes (Alan Moore, John Romita Jr,…) A los que les suene a chino y no sepan nada del idioma asiático, igual les resultarán más familiares los X-men, Superman, Watchmen, Kick-Ass y su Hit Girl, genios que han trabajado para todas las multinacionales del cómic, DC, Marvel, Top Cow,… No son nuevos en el mundillo, son curtidos veteranos dentro del suyo. Primera etapa cumplida, el guion reside en buenas manos. Vayamos ahora a ver qué hacen con él. Matthew Vaughn cuenta con un storyboard brutal por pistoletazo de salida. (Un storyboard viene a ser las viñetas que planifican previamente una película describiendo con detalle tomas, planos, escenificación, para poder saber qué daremos y cómo queremos trasladarlo a pantalla, son los croquis o bocetos; sin ellos difícil sería saber qué queremos hacer y el azar cobraría espacio inadecuado, y en cine el azar no existe, sólo trabajo)

Matthew Vaughn no defrauda, ni mucho menos, se suma sin complejos al carro de los que hacen bien las cosas que deben hacer y nos ofrece una película dinámica, bien tramada, sin discontinuidades, con ritmo, con sorpresas, con buen hacer, empleando todo lo que está a sus órdenes con criterio, dando espectáculo, demostrando qué significa entretener sin plagiar, hacer lo mismo de siempre con personalidad, aunando drama con contrastes, dando enjundia a los roles que configuran la obra, sin que ninguno esconda otro, todos tienen su foco, todos podrán defender su parcela en terreno de igualdad. Escenificación, música, guion y situacionalidad hará que todos sin excepción puedan brillar, y lo hacen. Tiene contrastes entre desarrollo visual y banda sonora que no es que me hayan gustado, es que los siento por igual e igual me sentiría capaz de hacer si a ello me dedicara, nada de falsa modestia, que me lo sé y es cierto, otro tema es que fuera capaz de plasmarlo como él, eso sé seguro que no está en mi poder, le pertenece a Vaughn por exhibición y capacitación, a fin de cuentas es su trabajo y no el mío. Lo de este director no es flor de un día. La película tiene tantos guiños a tantas que enunciarlas será incompleto, valgan por ejemplo "The Bourne identity", "Point break", "Unbreakable", "Drive", las tropas imperiales de "Star Wars", la Lady Deathstrike de los "X-men 2"  e incluso me atrevería a decir que casi vemos también como Harry Potter coge ese misterioso tren, por si poco resulta, añadamos unas gotitas de parkour y una nota de genialidad en reedición y homenaje a "Pulp fiction" y sus McDonald's en palabras del mismo Samuel L. Jackson. Vaughn, 5 películas y ningún fiasco; "Layer Cake", "Kick Ass", "Stardust" y "X-men First Class" aparte de la presente. Si fuera productor lo tendría muy presente junto con unos cuántos más, muy presente.


¿Qué es Kingsman? Es cine, complejo, lo que raras veces se alcanza a cumplir. Aquí se cumple, y con nota. Podríamos decir que es una película de espías, de acción, de aventuras, incluso un thriller o un drama envuelto en una ficción fantasiosa; no la enmarco en ninguna de ellas, para mí es una brillante película de súper héroes. No es Batman, tampoco Superman o los X-men, es Kingsman, cercano a “Kick Ass”, “Defendor”, “Hitman”, “Wanted” y ¡qué buenas todas ellas! Está en su mismo nivel o superior. Tenemos de todo, malos, buenos, cotidianidad, poder, maldad, insolidaridad, egoísmo, superación, búsqueda, lealtad, compromiso, familia, preocupación, valentía, compañerismo. Quien sepa ver más allá de una imagen quedará saciado. Las personas de subconsciente más vulnerable quedarán satisfechas, más educadas y comprometidas con nuestro presente, que la película va más allá de la historieta que cuenta, cuestión de querer verlo, de saber verlo, de hacer que la cabeza sirva para más que estar sujeta por nuestro cuello. Me siento contento, raro además en días que dan para un sentimiento de agria felicidad, esa de presenciar una decadencia evitable que nos obligamos en mutar a inevitable. Así somos.


Actuaciones. Todas buenas. Alguna memorable. Ya de salida en el neón, el equipo que presenta la producción es de mi agrado. Empieza el speaker: “Con el 1…”Colin Firth”, con el 2… “Samuel L. Jackson”, con el 3…”Mark Strong”, con el 4…”Michael Caine”, pero es que los reservas son titulares de cualquier formación, el galés Taron Egerton, la divina argelina Sofia Boutella, las inglesas Sophie Cookson y Samantha Wormack, la sueca Hanna Alström (censurada en algunas de las versiones cinematográficas que impedirán observar sus posaderas y algo más),…

El premio gordo se lo lleva la caracterización que consigue Samuel L. Jackson, una dotada actuación con ceceo en su versión original. Colin Firth está a la altura, le toca defender un rol poco habitual en sus actuaciones y lo consigue de forma notable, se tiene que ser muy inteligente y muy bueno para saber llevarte a tu terreno las obligaciones, este hombre es un gran actor, sin ninguna duda. Michael Caine tiene en suerte otro rol muy sencillito para él, dotado de algún destello que le dará máss iluminación pero ofreciendo poco para lo que ya nos ha dado a lo largo de su dilatada trayectoria. Taron Egerton se apropia de la nueva franquicia, con todo merecimiento. Sophie Cookson y Samantha Wormack como compañera de fatigas y madre respectivamente de Taron Egerton también cumplen con creces, Hanna Alström sin nada de donde poder agarrar para brillar, lo consigue también, esa frase “Do you saved the world?”, su sensual declamación, gesticulación, sonrisa y un “poco” más –en algunas de las versiones que se exhiben en salas- le dan notoriedad sin minutos. Honorífica mención aparte para Sofia Boutella, la volveremos a ver; rival le ha salido al exotismo que atesora Olga Kurylenko entre otras, duros castings se avecinan. Normal los actores acaben todos medio locos, ese esperar suene el teléfono para que te den trabajo, ese ir a mil sitios para que te vean y alguien se fije en ti para algo que no sea llevarte al huerto de al lado, habitación arriba; ese competir con otros tan buenos como tú, ese depender de cómo estás hoy, que lo que hagas va a marcar tu destino reciente y tu confianza futura según sea el resultado. Muy duro ser actor, muy duro. Más los valoro y admiro. A los que siendo actores lo hacen mal, que los hay, agradecería cambiaran de profesión en busca de otra más acorde con sus facultades, que les deje compartir el talento que en cine no muestran. Esta máxima por supuesto se aplica a cualquier profesión, que no tienen monopolio, y ahí estamos en competencia perfecta, esa que tan bien describía un manual de economía que debiera ser biblia de cualquier economista, el denominado “Lipsey”, aunque su nombre sea Richard Lipsey y su obra "Introducción a la Economía Positiva"


¿Qué veremos? Cine. Una demostración sobre cómo mezclar líquidos para elaborar el cóctel secreto del que todo el mundo quiere saber fórmula. Película de retos al estilo los 12 trabajos de Hércules, notas de un gore parecidas a las que hay en cualquier película de zombies; maldad grandilocuente con fragmentos que homenajean la escena entre Bruce Willis y el mismo Samuel L. Jackson en “Unbreakable” de M. Night Shyamalan, otra que debe ser vista y que no recibe todo el mérito que posee. Veremos elegancia, esas secuencias fantasiosas del Bond del Roger Moore. También asistiremos a compañerismo y preocupación por tu familia, alejada de estereotipos al uso de “no hagas eso que es malo”, obviando mensaje a sordos para pasar a la acción que consiste en erradicar problema con tu exposición en primera persona, sin exigir de la otra aquello que todavía no puede dar. Película de ficción con toda la realidad que cada uno sepa adivinar y disfrutar cuando la vea. Incluso las escenas gore son estéticamente agradables, un poco también al estilo de “Dredd” y su sintética droga “Slo-mo” con esa añorada malvada “Ma-Ma” interpretada por otra gran caracterización, la de Lena Headey.

La banda sonora a cargo de Henry Jackman es correcta, no despierta mayor interés en mí y la canción de cierre, de nuevo a cargo de Take that (también lo fue para X-men First Class) no alcanza el himno de "Love, love" con su "Get ready for it", simplona y anodina; no está a la altura del banquete servido.

En resumen, a mí no tan sólo me ha gustado, que queda claro a quien lo haya leído. Es obra de culto en su género y "me" la califico entre el 7 y el 7.5, es decir, en las de visión obligada. Para el resto, diría que es una obra de 6, bien hecha, entretenida, fresca y plena. No deben verla personas cuya imaginación esté colapsada por el realismo. Si no sabes ver las cosas como un niño no la mires, no la entenderás y te parecerá una tontería teenager, y no, no es tontería ni teenager, es cuestión más bien de capacidades e imposibilidades. Y el que dude, se ponga a prueba, que es un buen test para introspección de dónde reside nuestra forma de ver las cosas.